Escena costumbrista. Partido en el bar.
Es sábado. Hoy se come temprano porque hay que llegar al bar antes de las 4 para ver al celtiña.
Empieza la liga. Sin público en las gradas por la covid, se llenan los bares.
—Pepe, cuatro cafés y chupitos de guait label.
—Está petado esto hoy, Eh... Mira... Aspas.. ¡Venga! ¡GOOOL!
Todo el bar en pie. Gritos. ¡BIEN, COJONES, ASÍ SÍ!
—Otra ronda, Pepe, pero ahora copas.
(descanso, calma, baja el nivel de voces)
Ya casi nadie en el bar lleva la mascarilla. Un grupo de la mesa de al lado pagan y se van. Otro grupo que estaban de pie, al fondo se abalanzan a la mesa libre sin esperar a que Pepe, el único con mascarilla, recoja y desinfecte mesa y sillas. Piden cubatas.
—Oye, Moreira, ¿vas a llevar al insti a las chavalas el martes?
—Pues seguro que no, Canito, con el virus da miedo que se contagien, y yo tengo a mi suegra en casa.
—Puta ministra, todo el verano rascándola y ahora nos vamos a contagiar todos.
Gol del Eibar. Final del partido. Reparto de puntos.
Para mala leche la del que decidió ponerles intermitentes LED secuenciales a los Audi.
Que, por un lado, como conductor de Audi va contra tus principios más básicos usar los intermitentes.
Pero, por el otro, quieres que todo el mundo sepa que tienes unos intermitentes secuenciales súper molones.
Tiene que ser muy duro para los pobres...
Guantes de plástico, de látex o de nitrilo, cómo ponérselos y como quitárselos, máscaras de un solo uso, reutilizables, quirúrgicas, FFP2, FFP3, distancias de seguridad, curvas de contagio, mercados de animales vivos y al aire libre, cierre de fronteras...
¡El temario de este trimestre para el acceso al puesto de cuñado se está poniendo complicadísimo!
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