antonlopez<p>«Parece haber ocurrido lo contrario. Las máquinas no nos han liberado del trabajo de la forma pronosticada por Keynes. La velocidad sin par de la computarización, las telecomunicaciones y el transporte, que se esperaba que liberara tiempo humano, paradójicamente se ha visto acompañada de una creciente sensación de falta de tiempo. Aunque los detalles de la escasez de tiempo varían entre los diversos grupos socioeconómicos, como cultura tenemos una experiencia común de empobrecimiento temporal»</p>