Hablan del gran problema de un fútbol sin cracks debido a la proliferación de las lesiones, en un calendario largo y denso, plagado por partidos de alta exigencia, como por falta de recuperación física y traumática. Yo prefiero llamarlo falta de humanidad. Sino de la avaricia, que empuja a construir nichos de negocio sobre las rodillas [en la mayoría de los casos], de los deportistas hace ya muchos años deshumanizados por montañas irregulares y descompensadas de Euros.