La McDonalización no se limita a las hamburguesas o a la industria de comida rápida. Es un modelo que, con los valores de eficiencia, control y previsibilidad, permea cada aspecto de nuestra vida cotidiana, moldeando nuestras relaciones, expectativas y decisiones. ¿Qué precio estamos pagando por esta supuesta racionalidad? Y más importante aún, ¿cómo podemos resistir este sistema?